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Mostrando entradas de agosto 21, 2008

Bondad y maldad

Cuando una nave espacial me dejó en este planeta hace muchísimos años yo era un recién nacido. Por suerte, me encontraron y fui adoptado por una familia de talante liberal que me inculcó los principios del respeto, el control de las emociones y la tolerancia para con mis conciudadanos. Durante décadas, estos principios guiaron mi camino en la vida. Nadie pudo nunca hacerme reproche alguno acerca de mi comportamiento o mis fundamentos éticos. Soy un extraterrestre, eso no puedo negarlo, pero a pesar de mi naturaleza –o tal vez gracias a ella- he alcanzado una condición moral que la mayoría de los terrestres ni siquiera sospecha que pueda conseguirse. Y ese grado de excelencia, aunque esté mal que yo lo diga, es la consecuencia de un minucioso y continuado esfuerzo de superación. Puede decirse que he moldeado mi espíritu con mis propias manos. Soy como he elegido ser y aunque el resultado no carezca de defectos –que soy el primero en reconocer-, el mero intento de ser una persona mejor