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Mostrando entradas de febrero 15, 2009

De príncipes y princesas

La aristocracia, como los pingüinos, es una especie en vías de extinción; e igual que las nobles aves, se resisten a desaparecer, aunque a diferencia de éstas, su fin no sería lamentado sino por ellos mismos –caso de que, en lugar de por extinción, el final de algunos de ellos fuese un descenso en el escalón social como consecuencia de la pérdida de sus dudosos privilegios y pomposos títulos-. Siempre me han atraído los príncipes y las princesas, no sé bien por qué. Ese título –a diferencia de los de conde/condesa o barón/baronesa/- posee unas connotaciones tan glamorosas como difíciles de especificar, tal vez como consecuencia inevitable del poso que en el subconsciente nos dejaron tantos cuentos infantiles protagonizados por ellos y ellas. Hay, desde luego, diferentes tipos de príncipes/esas que se pueden agrupar, al menos literariamente, en dos grandes clases que también son arquetipos históricos: los buenos y los malos, personificados, respectivamente, por el ‘Príncipe azul’ y el