La literatura artística utiliza como materia prima las palabras, y ocurre que las palabras -el lenguaje- son un instrumento de comunicación y de difusión del conocimiento además de un medio de arte. Tenemos así una ‘literatura de conocimiento’ y una ‘literatura de imaginación’, o bien una única literatura con dos dimensiones: una dimensión utilitarista o de uso y una dimensión hedonista o de disfrute. En el primer caso no hay posibilidad de error porque tanto el autor como el lector son conscientes de su finalidad, que no es otra que el incremento del nivel de conocimiento que poseemos y la mejora de nuestra capacidad de pensar y reflexionar sobre los sucesos de la vida. En el segundo caso, la literatura de ficción, la cosa no está tan clara, y tanto el autor como el lector suelen incurrir en errores de bulto a la hora de abordarla. No es infrecuente que algunos autores de ficción intenten colarnos en sus escritos su propia filosofía de vida o doctrinario filosófico. El lector experto
Un alienígena alucinado.