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Mostrando entradas de marzo 17, 2009

El ciego del perro II

Habíamos quedado en que un ciego pasea con su perro por una playa solitaria o bien por una calle concurrida. Que sea por la playa, a ver qué nos sale. El ciego y su perro dando un paseo por una playa solitaria. Añadamos algunos elementos decorativos, hablemos un poco del paisaje. Por ejemplo, el día está nublado, de un gris denso, opresivo, es posible que llueva pronto. Puede ser por la mañana o por la tarde, las nubes oscuras impiden que aclaremos esta cuestión. La marea está baja, eso deja una ancha playa de arena mojada y compacta, no del todo recta pero con una suave inclinación que no entorpece el paseo del ciego. A lo lejos, en la dirección que siguen las dos figuras, se divisan algunas montañas, los picos ocultos por las nubes. Una bandada de gaviotas describen piruetas en el aire y lanzan chillidos agudos, agoreros, piensa el ciego, los antiguos heteromantes podrían sacar una buena información de esos graznidos, y con seguridad no presagiaría nada bueno. Camina descalzo –ha p

Coquito otra vez

Ayer fue el cumpleaños de Coquito y no le he regalado nada. No sé qué soy más, si despistado o descastado. En cualquier caso no tengo perdón de Dios (versea Manuel Alcántara diciendo que ‘si Dios existe, no tiene perdón de Dios’), ni de nadie. Sólo de Coquito, que nació para reír y para perdonar. Si quisiera juntar todo lo que me ha perdonado desde que la conocí, faltarían en el mundo escritores de ciencia ficción para imaginar universos y llenarlos con sus dulces perdones.   Trabajas demasiado, Coquito; y aunque seas muy trabajadora, también hay que saber descansar y distraerse, te lo digo yo que soy un experto en hacer el vago y el ganso. Teléfono va, teléfono viene; cliente va, cliente viene; punto de cruz va, punto de cruz viene; hija mía, ¡qué cruz! Menos mal que tu sonrisa siempre te rescata y hacerla aparecer es mi especialidad –aunque no la tengo patentada y temo que el día menos pensado cualquier vivo se la apropie y me sustituya-, quizá lo único que se me da bien y que má