No hay recompensa para mi labor paciente
Ni habrá esquela vana en ningún periódico
Mi búsqueda tiene por fin lo ilógico:
Entregarte el origen de mi amor doliente.
Cuando casi lo tengo, un azar impertinente
Me distrae y cesa mi denuedo antológico
Y herido y humillado me desespero, es lógico
Si piensas que he sufrido y luchado contracorriente.
Combato contra el sino que a ti me ayunta,
Un desigual combate que mi fe no menoscaba
Consciente como soy de que eso ya no abunda
Mas intuyo que este eterno luchar se acaba
Que pronto descansaré junto a tu tumba.
¡Que alguien cruce sobre la mía mi espada!
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