En un blog reciente, en concreto el que
publiqué el martes 17 de enero, contaba una anécdota acontecida a mis catorce
años que me impactó, al parecer, no lo suficiente. Era a propósito de una entrevista de jóvenes
estudiantes al poeta Jorge Guillén, entrevista de la que yo no sé
si era el merecido responsable. Hablamos con ignorancia sobre
literatura con un literato de primera división. Yo no lo recordaba,
pero mi amigo José Antonio González Correa, participante en aquel
experimento periodístico en el que unos pocos jovenzuelos atosigamos
con preguntas inconvenientes al insigne poeta, rememoró en un
contexto donde las verdades se vierten sin el impedimento de los
protocolos, que a una pregunta mía sobre cómo preveía Guillén el
futuro de la literatura o algo parecido, el anciano y muy paciente
don Jorge dijo unas palabras que yo hoy no recuerdo, pero como no
dudo de la fidelidad de la memoria de mi amigo las doy por ciertas.
Transcribo sin su permiso pero con su previsible consentimiento, las
palabras que mi amigo usó para comentar un post mío:
>>Hace un mes prometí a mi amigo contestarle a través de
su blog. O mejor dicho, de la ventana abierta de su pensamiento y de
su corazón noctambulo.
No debo ser yo quien advierta de lo acertado o no de sus comentarios, no sería objetivo. Pero sí de la verdad que encierra en sí mismo. Lejos de los cumplidos, mi amigo Luís es una persona pragmática que erradicó hace tiempo la rutina para consumar las ilusiones. Es un autodidacta de los sueños, que consume y consuma desde una perspectiva desordenada, en apariencia.
Hace mas de 30 años Jorge Guillén le intuyo la vena literaria y, ante la pregunta ¿qué es literatura?, jugando con el apellido de mi amigo auguró: "el recorrido entre Ridruejo y Recuenco será literatura".<<
No debo ser yo quien advierta de lo acertado o no de sus comentarios, no sería objetivo. Pero sí de la verdad que encierra en sí mismo. Lejos de los cumplidos, mi amigo Luís es una persona pragmática que erradicó hace tiempo la rutina para consumar las ilusiones. Es un autodidacta de los sueños, que consume y consuma desde una perspectiva desordenada, en apariencia.
Hace mas de 30 años Jorge Guillén le intuyo la vena literaria y, ante la pregunta ¿qué es literatura?, jugando con el apellido de mi amigo auguró: "el recorrido entre Ridruejo y Recuenco será literatura".<<
(Se omite lo que falta de su texto por no ser relevante a efectos de lo que cuento.)
¿Fui en serio agasajado con semejante cumplido? Si lo dice mi
amigo seguro que sí. ¿He estado a la altura del vaticinio de
Guillén? Seguro que no. Pero queda la anécdota. Suficiente para mí.
Comentarios
Un abrazo de pasaba por aquí.