La queja muda de un
pajarillo
que en su último aliento
echó el alma
una tarde fresca frente a
un mar.
Un oído atento no del
todo supo
y ya no cupo
duda vana o devaneo.
Hoy el avecilla trina
saludando los amaneceres
y en su trino
rescatado adivino
un milagro de vida, de
vida sustraída a los anocheceres,
al frío impío de un mar
indelicado,
al hambre de un cielo
nunca sembrado
a la soledad sonora de
cantos derrotados.
Hoy solo cantos de alegría
nueva
del gorrioncillo que supo
superar su prueba.
Comentarios