Mil silencios de diáfana elocuencia
Que nacen en un pecho cualquiera
Dicen verdades redondas como eras
Mas nadie presta oído a sus sentencias.
Más de mil monólogos de ciencia
Que expertos en saberes profirieran
No alcanzaran a valer lo que valiera
Un silencioso dolor de penitencia.
Nos fue dada la voz y a voz en grito
Desde entonces nos comunicamos
Convirtiendo diálogo en refrito.
Si hemos heredado nuestro oído
¿Por qué sólo la lengua utilizamos?
¿Por qué ser sordos, necios y aburridos?
Comentarios
:)
Un abrazo.
Un abrazo