Un piar de miedo y frío reclamó a mi madre tu
calamidad pequeña cosita que casi
moría y 'mío' sintió ella que era tu
piar. Sobre miedo y frío fue tu
valentía tu llamar sereno sin
desesperar y el premio por no ceder
al miedo fue un trozo de cielo a la
vera del mar.
Un alienígena alucinado.