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Mostrando entradas de enero 29, 2012

Opinar

A veces opino de cualquier cosa en este blog pero como un ejercicio de reflexión, más o menos liviano o sesudo en función de la hora y del ánimo. Por eso quiero dejar claro que cualquier parecer, juicio o afirmación mías acerca del asunto que sea son fácilmente revisables con las indicaciones adecuadas y, llegado el caso, hasta desmentidas sin el menor pudor por mi parte. La naturaleza de las personas inteligentes debe poseer una faceta de rectificación que los honra intelectual y moralmente. Por desgracia, ese no es mi caso. Soy un veleta y en el fondo muy pocas cosas me atraen lo suficiente como para tomar posición respecto a ellas. Si cambio de opinión respecto a un asunto, por vital que pueda ser o parecer se debe llanamente a que la opinión previa carecía de convicción al ser enunciada; peor todavía, más de una vez me he pronunciado para que quien me leyese pensara que yo tenía algún tipo de opinión sobre algo. Cuando la verdad desnuda es que no tengo claro casi nada, y casi nad

Leonardo

Las ciencias y las artes son dos mundos muy diferentes. La ciencia pretende interpretar el mundo mediante ecuaciones. El arte, mediante distorsiones. Un científico difícilmente asumirá un fenómeno que no se ajuste a las teorías vigentes sobre fenómenos. Un artista lo exagerará hasta lo irracional para que termine pareciendo racional. Ambas posturas suponen, cada una con sus propios mecanismos, la negación del fenómeno. Pero muchos de los fenómenos de la naturaleza se niegan a encasillarse en teorías y, en la misma medida, se burlan de las parodias. Los científicos y los artistas no tienen por qué entrar en conflicto, al menos en teoría; a menos que unos se adentren en el campo de competencia de los otros. Un científico artista, igual que un artista científico es igualmente repudiado por ambos colectivos. Excepto en épocas de esplendor humanístico y siempre que la talla científico-artística o artístico-científica del personaje estuviera por encima de toda duda, como Leonardo da Vinci,