Habíamos quedado en que un ciego pasea con su perro por una playa solitaria o bien por una calle concurrida. Que sea por la playa, a ver qué nos sale. El ciego y su perro dando un paseo por una playa solitaria. Añadamos algunos elementos decorativos, hablemos un poco del paisaje. Por ejemplo, el día está nublado, de un gris denso, opresivo, es posible que llueva pronto. Puede ser por la mañana o por la tarde, las nubes oscuras impiden que aclaremos esta cuestión. La marea está baja, eso deja una ancha playa de arena mojada y compacta, no del todo recta pero con una suave inclinación que no entorpece el paseo del ciego. A lo lejos, en la dirección que siguen las dos figuras, se divisan algunas montañas, los picos ocultos por las nubes. Una bandada de gaviotas describen piruetas en el aire y lanzan chillidos agudos, agoreros, piensa el ciego, los antiguos heteromantes podrían sacar una buena información de esos graznidos, y con seguridad no presagiaría nada bueno. Camina descalzo –ha p...
Un alienígena alucinado.