He practicado artes marciales durante quince años, sobre todo 'Full Contact', pero también algo de Jiu-Jitsu, Thai Boxing y Hapkido. Cuando rememoro esos tiempos no tan lejanos siempre me queda un amargor, una añoranza de cierta gratitud, no porque tuviese yo cualidades para destacar en esas disciplinas, sino por el poco reconocimiento que estas reciben, una casi marginación, por parte de asociaciones deportivas y estamentos administrativos gobernados (¡cómo no!), por lo políticamente correcto; y, claro, entiendo que no se vea como político ni como correcto aplastarle la nariz a tu contrincante, como ocurre con frecuencia en los deportes de lucha. Un comentarista deportivo estadounidense dejó una frase memorable para la posteridad: “La otra noche fui a ver una pelea y estalló un partido de hockey”. No voy a entrar en puntillosas interpretaciones de la ética del 'fair play' en el deporte, que tan poco definida está, ni abundaré (y esto sí que daría jugo) en anécdotas i...
Un alienígena alucinado.