Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de enero 24, 2008

El mar

Llueve detrás de los cristales, y contemplar las gotas de lluvia me provoca un estado de añoranza y un ánimo nostálgico. Busco entre los recuerdos de mi subconsciente atávico, de mi Yo heredado del Ello galáctico, pero no hallo ninguno que encierre una clase de sentimientos como los que hoy experimento; son recuerdos fríos, vacuos o inhóspitos, muy comunes entre los individuos de mi especie, según me ha confesado mi madre cuando, ya sin soportar un solo minuto más de desasosiego -¿por qué la lluvia produce desasosiego?- me he puesto en contacto mental con ella para conversar. Separados por cientos de años luz, una distancia insalvable para la tecnología de los humanos, ella siempre está dispuesta a la conversación, y aunque haya secretos que no puede revelarme –se lo tienen prohibido y la vigilan-, su consejo y ánimo maternal me consuelan cuando lo necesito. No es que mi especie consista en un atajo de bordes, sino que la evolución, a través de los eones, nos ha protegido confiriéndo