Las convicciones profundas sirven, si no para otra cosa, al menos como referencia cuando la mente, aturdida por el sopor del día a día, naufraga en el laberinto de cristal de sus propias ilusiones. Hay quien se aferra a una idea como un náufrago a una tabla en medio del océano. Y, por más que se acabe hundiendo con ella, no está dispuesto a admitir que se agarra a una idea equivocada. No sé quién inventó eso de ‘ser fiel a uno mismo’, pero andaba algo despistado. La fidelidad no existe, sólo la supervivencia. Y si no que les pregunten a los chaqueteros de la democracia temprana: cambiaban de colores y de discurso con la misma presteza con que acusaron para salvaguardarse al vecino inocente. Para comprender por entero el verdadero sentido de las palabras grandilocuentes con que algunos se atragantan en discursos excelsos no hay sino que haber vivido la desnuda realidad de una guerra que desmiente amistades y clarifica posturas que jamás adquirirían su relieve en tiempos de paz. De paz y de hipocresía.
Transcribo el prólogo de la autobiografía del filósofo Bertrand Russell escrito por él mismo: PARA QUÉ HE VIVIDO
Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación. He buscado el amor, primero, porque conduce al éxtasis, un éxtasis tan grande, que a menudo hubiera sacrificado el resto de mi existencia por unas horas de este gozo. Lo he buscado, en segundo lugar, porque alivia la soledad,esa terrible soledad en que una conciencia trémula se asoma al borde del mundo para otear el frío e insondable abismo sin vida. Lo he buscado, finalmente, porque en la unión del amor he visto, en una miniatura místicala visión anticipada del cielo que han que han imaginado santos y poetas. Esto era lo que buscaba, y, aunque pudiera parecer demasiado bueno para esta vida humana, esto es lo que -al fin...
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