Ir al contenido principal

Excesivas reflexiones


El mundo, si fuera perfecto, estaría hecho a mi medida; y esto no lo digo sólo porque yo sea un egoísta, sino porque he comprobado sobradamente que ninguno de los internos a los que le he expuesto este razonamiento se ha atrevido a ponerlo en duda. Y han sido muchos los que de manera explícita o tácita me han dado la razón, no por nada llevo casi veinte años en este manicomio, perdón, sanatorio mental, donde he tenido tiempo para reflexionar sobre cuestiones de toda índole, sobre todo las relacionadas con la naturaleza humana. Y he llegado a algunas conclusiones fundamentales en las que me apoyo para seguir viviendo sin volverme cuerdo. La primera es que cuando todo el mundo pierde la razón sólo los locos nos comportamos como si la tuviéramos. Hace unos meses, por ejemplo, hubo un terremoto de orden cinco en la escala de ese tío cuyo nombre nunca recuerdo, más que nada porque los terremotos, en mi tierra, sólo se dan de cuando en cuando. Pues ese terremoto desencadenó una histeria colectiva entre los habitantes de la ciudad; en cambio en el sanatorio hicimos una hilera agarrándonos unos a otros de la cintura y, al ritmo de ‘la cucaracha’ bailoteamos por el patio hasta que nos cansamos. Nos lo pasamos pipa, menos Pepito el tuerto, al que una teja desprendida a causa del movimiento sísmico le hizo una brecha en la cabeza.

Otra conclusión de hondo calado metafísico que surgió de mi prolífica magín nació en forma de verso, y dice: ‘Vete al médico Antoñito/ anda y cúrate esa tos/ y paga bien la consulta/ que cuatro son dos más dos. Con lo que vengo a resumir de un modo lírico la idea de que la salud no tiene precio y que con quien menos hay que regatear es con tu médico, sobre todo si es de pago.

Tengo que precisar que sigo en el sanatorio por voluntad propia y no porque padezca algún tipo de tara o desorden psíquico. Muy al contrario, la salud de mis entendederas es encomiada por médicos y pacientes por igual, especialmente en mi presencia, y mi ingenio, capacidad de discernimiento y amena locuacidad son bien conocidos no sólo entre los miembros de este centro, sino en los de cualquier otro de parecida índole así esté ubicado en Tombuctú, o más lejos; en Segovia inclusive. Pero prefiero no salir de aquí porque no quiero someter a los ciudadanos que se denominan cuerdos a la humillación de saberse claramente inferiores a un ex interno de un manicomio, imagínense el caos que se armaría a nivel social, como me advirtió muy sabiamente el doctor Amilcar que pasaría de seguro.

 Así que aquí sigo por voluntad propia, solo con mis soledades, libre pero solitario, arquitecto de mí mismo, paseando mientras medito sobre cuestiones fundamentales en la vida, sobre todo en la mía, de esas cuestiones sobre las que una ‘exacerbada y monomaníaca’  atención por mi parte me inducen de cuando en cuando un proceso de ‘desequilibrio químico a nivel cerebral’, como les gusta decir pomposamente a los médicos, del último de los cuales –que ocurrió hará cosa de una semana, un mes a lo sumo, aquí se pierde con facilidad la noción del tiempo- hoy me siento plenamente liberado, y en cuanto los médicos que me atienden lleguen a la misma conclusión, de inmediato me quitarán esta camisa que me oprime, me sacarán de esta monótona habitación acolchada, y me dejarán que juegue de portero en los partidos del patio.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
En Mondragón (mi pueblo) está el manicomio de Santa Águeda (allí estuvo muchos años Leopoldo Mª Panero) y, para mi, pasearme entre los enfermos (léase locos) era estar como Pedro por su casa. He conocido muchos locos con razonamientos totalmente cuerdos y viceversa.
Sigue con tus locuras, después de todo, estar locos es cosa nuestra. M.J.
Luis Recuenco ha dicho que…
El progreso humano se ha sustentado en locos que no han querido adaptarse a la realidad y han buscado que sea la realidad la que se adapte a ellos, a su visionaria locura.
Unknown ha dicho que…
He leido, hace tiempo,"Tienes todo lo que puedes desear, pero te falta algo: Locura". Creo que es de Zorba el Griego.Y, sí que la necesitamos un poco para romper la cuerda y llegar a ser libre.
¿Qué hay de Boniato?
Luis Recuenco ha dicho que…
Paseando por la playa con su amo. El creador no está estos días para crear, ¿te lo puedes creer?

Entradas populares de este blog

Ya te digo

¿Cuál es el momento más adecuado para decir basta? ¿Cómo reconoce uno el instante en el que hay que parar? Y no me refiero a las relaciones sentimentales -aunque también-, sino a los diferentes episodios que suceden en la vida, cuya suma la articulan y le dan sentido. Porque ese final nunca avistado marca la diferencia entre lo que fue y es y lo que pudo haber sido y podría ser, entre lo existente y lo ausente, entre lo que somos y lo que ya nunca podremos ser. Y hay un componente de negligencia en esa ceguera que nos impide detenernos a tiempo, antes de que lo previsiblemente imprevisible determine nuestra realidad, porque decir que no a la siguiente copa, a la estéril llamada, a apretar el pedal del coche, a responder a un agresivo, a una indiferencia ante un ser querido, a tantos gestos prescindibles, es una responsabilidad tan decisiva que si lo supiéramos en su momento nos lo pensaríamos dos veces. Y pensar dos veces es la asignatura pendiente de la humanidad. Nuestra negligencia ...

I dreamed a dream

La conocí en mis sueños. Apareció de repente. Era rubia, delgada y vestía una túnica azul cielo. Su risa repentina expulsó del sueño a los fantasmas habituales y me devolvió de golpe la alegría de soñar. Con voz coralina me contó un largo cuento que yo supe interpretar como la historia de su vida en un mundo vago e indeterminado. Sabía narrar con la destreza de los rapsodas y usaba un lenguaje poético que le debía sin duda a los trovadores. Todo en ella era magnético, sus ojos de profunda serenidad, su rostro de piel arrebolada, sus manos que dibujaban divertidas piruetas en el aire para ilustrar los párrafos menos asequibles de su discurso, los pétalos carmesí de sus labios jugosos. Cuando desperté me sentí desamparado y solo, más solo de lo que jamás había estado, empapado de una soledad que me calaba hasta los huesos. No me levanté y pasé el día entero en la cama deseando con desesperación que llegase de nuevo el sueño, y con el sueño ella. Soy propenso al insomnio, sobre todo cua...

Michael

Ayer murió Michael Jackson por disolución provocada. No es el veredicto médico exacto, pero es más exacto que el veredicto médico. Su difuminación comenzó a partir de su incapacidad para compatibilizar sus éxitos profesionales con sus fantasías de Disneylandia. Se creyó Peter Pan, pero con plenos poderes sobre su cohorte de pequeñajos, y le dolió menos la compensación económica de ciertos comportamientos con menores que la evidencia de que eran equivocados en esta sociedad, en este mundo que no era el suyo. A partir de esa certeza su tendencia etérea se acentuó, no sin antes confundir al mundo mostrando un cuerpo que ya no era el suyo. Por eso, viejo –muy viejo- aceptó por fin que ya era hora de marcharse, y lo hizo a lo Marilyn, sin dar ruido. Descanse en paz.