Ir al contenido principal

Paradojas


Resulta curioso lo paradójico que puede llegar a ser este mundo, donde sólo los ingenuos o los desinformados creen todavía en las paradojas (que se puede definir como aquello que encierra una contradicción, como un servidor). Es paradójico, por ejemplo, que las palabras ‘alergia’ y alegría’ sean anagramas una de la otra, como si estuvieran muy cerca en la pragmática de la vida, cuando yo, que padezco la primera y a veces disfruto de la segunda, puedo asegurar que jamás se dan ambas a un mismo tiempo: la presencia de una desplaza de inmediato a la otra. No pueden estar, por lo tanto, más alejadas entre sí. ‘Magnate’ y ‘mangante’ son tan fácilmente confundibles como ‘gimnasia’ y magnesia’, pero mientras que las dos primeras lo son de facto, tanto que se pueden intercambiar sin alterar el significado de los enunciados que las contengan, las del segundo par, en cambio, nunca se llegan a trastocar por formar parte de un conocido aforismo que, paradójicamente, enfatiza el peligro de caer en el error de confundirlas, aunque casi nadie conozca el significado de al menos una de ellas. Paradoja también es que miles de seres humanos, la mayoría niños, mueran cada día por enfermedad o desnutrición habiendo comida y medicinas suficientes para evitarlo –como se ha comprobado con las medicinas en la todavía vigente amenaza de pandemia causada por la gripe ‘A’, y que afecta de modo más molesto que peligroso a los países ricos-; como paradoja es que se ponga el grito en el cielo cuando se producen recortes presupuestarios en la sanidad pública que se traducen en una restricción del suministro de medicamentos, y nadie diga esta boca es mía si lo que se recorta son las aportaciones a la investigación científica, sin la que no sería posible, entre otras cosas, la existencia de dichos medicamentos; y, por supuesto, también es una situación paradójica que los apóstoles de una iglesia que funda escuelas para amparar y dar educación a niños desprotegidos se dediquen a meterles mano durante los recreos para mayor gloria de dicha iglesia y con el propósito -además del evidente- de que vayan aprendiendo que en este mundo existen dos grandes grupos de personas: las que joden y las que son jodidas. Pero como ya he dicho, las paradojas en realidad no existen, y sólo algunos ingenuos piensan que, si existieran, tendrían solución, cuando es notorio que la insolubilidad es el alma de las paradojas, existan o no.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Política extraña

Parece que el mundo presenta indicios de cambio, lo que siempre es una buena noticia a la vista del rumbo que lleva desde que los humanos lo dirigen –con alarmante férrea mano y escaso juicio desde la revolución industrial del siglo XVIII, para poner coordenadas y centrar nuestro momento histórico-. Las elecciones primarias que se celebran en los Estados Unidos son fiel reflejo de dicho cambio. ¿Una mujer y un negro con opciones de alcanzar la presidencia? Atónito estoy, no doy crédito, alobado, vamos. Aunque parece que el voto latino pesa más que en otras ocasiones, no creo que sea razón suficiente para explicar este hecho. Algo visceral está sufriendo una transformación en el seno de la sociedad norteamericana, que es decir la civilización occidental. Y ese algo a lo mejor no será conocido hasta que el tiempo y los exegetas de la historia pongan los puntos sobre las íes del actual panorama sociológico; y a lo mejor eso puede demorarse decenios, tal vez siglos. De momento no puedo d

Opinar

A veces opino de cualquier cosa en este blog pero como un ejercicio de reflexión, más o menos liviano o sesudo en función de la hora y del ánimo. Por eso quiero dejar claro que cualquier parecer, juicio o afirmación mías acerca del asunto que sea son fácilmente revisables con las indicaciones adecuadas y, llegado el caso, hasta desmentidas sin el menor pudor por mi parte. La naturaleza de las personas inteligentes debe poseer una faceta de rectificación que los honra intelectual y moralmente. Por desgracia, ese no es mi caso. Soy un veleta y en el fondo muy pocas cosas me atraen lo suficiente como para tomar posición respecto a ellas. Si cambio de opinión respecto a un asunto, por vital que pueda ser o parecer se debe llanamente a que la opinión previa carecía de convicción al ser enunciada; peor todavía, más de una vez me he pronunciado para que quien me leyese pensara que yo tenía algún tipo de opinión sobre algo. Cuando la verdad desnuda es que no tengo claro casi nada, y casi nad

Anécdota sobre Dalí

Refiere Fernando Arrabal una anécdota sobre Dalí que tal vez arroje alguna luz sobre la compleja personalidad del pintor. Según cuenta el escritor se encontraban ambos en Nueva York y Dalí invitó a Arrabal a una fiesta privada en la que era muy posible que se dieran prácticas orgiásticas.