Me hizo gracia -ya que por naturaleza soy incrédulo- una conversación leída en alguna parte o quizá escuchada en alguna película, no recuerdo bien. Alguien -ingenuo, desinformado o idiota- preguntaba "¿y quién es Dios?"; su interlocutor, tras reflexionar con gesto sesudo un instante le preguntó al desinformado: "¿alguna vez has deseado fervientemente algo y has suplicado para tus adentros que por favor sucediese ese algo?", "si", respondió el ingenuo; "pues el que te ignoraba era Dios". Conversación ilustrativa sobre la impertinencia de hacer preguntas incontestables que sólo arrojan información sobre la calidad intelectual o la pobreza informativa del que formula la pregunta.
Parece que el mundo presenta indicios de cambio, lo que siempre es una buena noticia a la vista del rumbo que lleva desde que los humanos lo dirigen –con alarmante férrea mano y escaso juicio desde la revolución industrial del siglo XVIII, para poner coordenadas y centrar nuestro momento histórico-. Las elecciones primarias que se celebran en los Estados Unidos son fiel reflejo de dicho cambio. ¿Una mujer y un negro con opciones de alcanzar la presidencia? Atónito estoy, no doy crédito, alobado, vamos. Aunque parece que el voto latino pesa más que en otras ocasiones, no creo que sea razón suficiente para explicar este hecho. Algo visceral está sufriendo una transformación en el seno de la sociedad norteamericana, que es decir la civilización occidental. Y ese algo a lo mejor no será conocido hasta que el tiempo y los exegetas de la historia pongan los puntos sobre las íes del actual panorama sociológico; y a lo mejor eso puede demorarse decenios, tal vez siglos. De momento no puedo d
Comentarios