La vida es una guerra contra la muerte. El conocimiento de la pérdida es lo que nos motiva. Saber que nos quedan 20000 días de vida ¿útil? Si restamos el sueño, las obligaciones, las preocupaciones, la enfermedades, los tiempos muertos en que uno no sabe qué hacer y los desperdicia, qué nos queda en tiempo fértil, qué en tiempo hábil.
Pero la consciencia de la finitud nos puede redimir, puede hacer de catarsis y empujarnos a una vida más fértil, más sincera, mas plena. Somos perecederos y si dimensionamos nuestra caducidad podremos hallar el modo de ser más plenos, y siéndolo, vivir más, mejor, de otro modo.
El ser humano es una pizca de eternidad en un cosmos eterno. Seamos eternos a pesar de las limitaciones, seamos únicos e irrepetibles. Seamos nosotros. Seamos de cualquier modo, pero seamos.
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