Cuba y Venezuela, y otras dictaduras payasas como Bolivia y Nicaragua. Esto mencionó Vargas Llosa en su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura, así se refirió a naciones bananeras con disfraz democrático que el tiempo rescatará de su ignorancia e ignominia política. No sé ustedes, pero yo no veo peligro de ideología fascista en el discurso de Mario. En cambio, el actor Guillermo Toledo nos previene sobre las ideas fascistas del galardonado. Hablo de nuevo sobre el peligro del uso de la palestra de la fama para divulgar un ideario personal. Señor Toledo, usted sabrá el motivo de su ojeriza hacia un autor tan inmenso, pero tenga a bien considerar que la talla artística de la persona sobre la que opina es cualitativamente diferente de la suya, tal vez inalcanzable para usted, como lo es, pese a lo que le pese, su nivel de compromiso social. Gracias, Mario.
¿Cuál es el momento más adecuado para decir basta? ¿Cómo reconoce uno el instante en el que hay que parar? Y no me refiero a las relaciones sentimentales -aunque también-, sino a los diferentes episodios que suceden en la vida, cuya suma la articulan y le dan sentido. Porque ese final nunca avistado marca la diferencia entre lo que fue y es y lo que pudo haber sido y podría ser, entre lo existente y lo ausente, entre lo que somos y lo que ya nunca podremos ser. Y hay un componente de negligencia en esa ceguera que nos impide detenernos a tiempo, antes de que lo previsiblemente imprevisible determine nuestra realidad, porque decir que no a la siguiente copa, a la estéril llamada, a apretar el pedal del coche, a responder a un agresivo, a una indiferencia ante un ser querido, a tantos gestos prescindibles, es una responsabilidad tan decisiva que si lo supiéramos en su momento nos lo pensaríamos dos veces. Y pensar dos veces es la asignatura pendiente de la humanidad. Nuestra negligencia ...
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