Cuba y Venezuela, y otras dictaduras payasas como Bolivia y Nicaragua. Esto mencionó Vargas Llosa en su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura, así se refirió a naciones bananeras con disfraz democrático que el tiempo rescatará de su ignorancia e ignominia política. No sé ustedes, pero yo no veo peligro de ideología fascista en el discurso de Mario. En cambio, el actor Guillermo Toledo nos previene sobre las ideas fascistas del galardonado. Hablo de nuevo sobre el peligro del uso de la palestra de la fama para divulgar un ideario personal. Señor Toledo, usted sabrá el motivo de su ojeriza hacia un autor tan inmenso, pero tenga a bien considerar que la talla artística de la persona sobre la que opina es cualitativamente diferente de la suya, tal vez inalcanzable para usted, como lo es, pese a lo que le pese, su nivel de compromiso social. Gracias, Mario.
Transcribo el prólogo de la autobiografía del filósofo Bertrand Russell escrito por él mismo: PARA QUÉ HE VIVIDO
Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación. He buscado el amor, primero, porque conduce al éxtasis, un éxtasis tan grande, que a menudo hubiera sacrificado el resto de mi existencia por unas horas de este gozo. Lo he buscado, en segundo lugar, porque alivia la soledad,esa terrible soledad en que una conciencia trémula se asoma al borde del mundo para otear el frío e insondable abismo sin vida. Lo he buscado, finalmente, porque en la unión del amor he visto, en una miniatura místicala visión anticipada del cielo que han que han imaginado santos y poetas. Esto era lo que buscaba, y, aunque pudiera parecer demasiado bueno para esta vida humana, esto es lo que -al fin...
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