Me encantan los cuentos de fantasma. Aquí les apunto uno de los más sintéticos de Washington Irving, “El estudiante alemán”, que H.P. Lovecraft clasificó como ejemplo de la “Desposada cadáver”, tomado de la compilación “Fantasmas” de Eduardo Berti..
En “El estudiante alemán”, el joven Gottfried Wolfgang es un apasionado de la lectura que cree en un mundo imaginario al margen del mundo real y que todas las noches sueña con un mismo rostro de mujer. En el inicio del relato, Wolfgang camina por las calles de la Francia revolucionaria cuando, al llegar a una plaza, ve una persona junto a una guillotina. Para su asombro, la persona es la mujer con la que él sueña y de la cual se ha enamorado. Wolfgang y la mujer mantienen este diálogo:
-¡No tengo amigos sobre la tierra! -dijo ella.
-Pero tiene hogar -replicó Wolfgang.
-Sí, ¡en la tumba!
El estudiante recoge a la mujer y le ofrece que vivan juntos para siempre. “¿Para siempre?”, pregunta la desconocida, con solemnidad. “¡Para siempre!”, repite Wolfgang. A la mañana siguiente, el estudiante encuentra a la mujer “con la cabeza fuera de la cama y un brazo colgando”. Le habla, pero ella no reacciona. Su mano está fría y sin pulso; su cara, pálida y cadavérica. Pronto llega un policía y quiere saber “¿cómo apareció esta mujer aquí?”.
-¿Qué sabe usted de ella? -preguntó ansiosamente Wolfgang.
-¿Qué sé? -dijo el oficial-. Ayer fue guillotinada.
El policía avanza; deshace el nudo del collar negro que tiene el cadáver... y la cabeza rueda por el suelo.
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