Desde
que padezco 'graphophobia' escribir me supone un tormento. El término
es obviamente inglés, el diagnóstico en cambio es para todos los
públicos. Soy el primero en estar hasta los cojones de tanta
mariconada fóbico-existencialista que al parecer sufren escritores
sin distinción de talante ni de talento. Yo no pretendo pasar por
escritor porque algo me falta, supongo que talento, pero a falta de talento, tiro de
talante, ¿y qué me encuentro?, con la graphophobia de los cojones.
Ciertas personas, sobre todo un servidor, en vez de soñar con un
futuro idílico o al menos promisorio sufren los trastornos de la
sombra férrea de un pasado que no pasa del todo y te acaba por
encarcelar dentro de ti. Y eso jode que te cagas. Me cago en mis
miedos y en sus circunstancias 'y siento más tu muerte que mi vida?
(Miguel Hernández). Hablo de la muerte -aparente- de mi certeza y de
la vida de mi duda, duda, duda. Esta es mi última queja pública, el
epitafio de mi desidia, el fin de mi pereza. Si a partir de hoy no
publico cada día siquiera una pequeña línea en mi blog, una
insignificancia cualquiera, sepan y por supuesto repróchenmelo si lo
ven pertinente, que padezco 'graphophobia'. Y con mucha honra (la contradicción ante todo). (Esto
es un argumento circular, propio de idiotas, algunos tanto que casi
me alcanzan.)
Desde
que padezco 'graphophobia' escribir me supone un tormento. El término
es obviamente inglés, el diagnóstico en cambio es para todos los
públicos. Soy el primero en estar hasta los cojones de tanta
mariconada fóbico-existencialista que al parecer sufren escritores
sin distinción de talante ni de talento. Yo no pretendo pasar por
escritor porque algo me falta, supongo que talento, pero a falta de talento, tiro de
talante, ¿y qué me encuentro?, con la graphophobia de los cojones.
Ciertas personas, sobre todo un servidor, en vez de soñar con un
futuro idílico o al menos promisorio sufren los trastornos de la
sombra férrea de un pasado que no pasa del todo y te acaba por
encarcelar dentro de ti. Y eso jode que te cagas. Me cago en mis
miedos y en sus circunstancias 'y siento más tu muerte que mi vida?
(Miguel Hernández). Hablo de la muerte -aparente- de mi certeza y de
la vida de mi duda, duda, duda. Esta es mi última queja pública, el
epitafio de mi desidia, el fin de mi pereza. Si a partir de hoy no
publico cada día siquiera una pequeña línea en mi blog, una
insignificancia cualquiera, sepan y por supuesto repróchenmelo si lo
ven pertinente, que padezco 'graphophobia'. Y con mucha honra (la contradicción ante todo). (Esto
es un argumento circular, propio de idiotas, algunos tanto que casi
me alcanzan.)
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