Alguien dijo que un economista es un
profesional que sabrá mañana por qué no se cumplió hoy lo que él
predijo ayer. La historia de la economía, que es la historia de las
personas, está plagada de ilustres meteduras de pata, jamás
excusadas por quienes las metieron. La arrogancia es una plaga muy
extendida en estamentos profesionales que son presuntos puntales de
nuestra sociedad. Ningún lumbrera entona un mea culpa porque la
culpa siempre ha sido de otros. Nadie llama a las cosas por su nombre
y solo se habla para confundir más al personal. La historia enseña
que en situaciones de virulenta escasez y adversidad se actúa casi
siempre por impulso, a golpe de corazón, y esa no es la receta
adecuada. La racionalidad debe tomar el mando cuando el desmadre es
desmesurado, pero el miedo que transmite ese desmadre anula toda
racionalidad. Es triste pero es así, o ha sido así en el tiempo.
Deberíamos confiar en un cambio radical pero el ser humano nunca se
ha distinguido por cambiar sus costumbres de manera inmediata. Así
que Dios (el que sea) nos asista ya que sus hijos no pueden.
Alguien dijo que un economista es un
profesional que sabrá mañana por qué no se cumplió hoy lo que él
predijo ayer. La historia de la economía, que es la historia de las
personas, está plagada de ilustres meteduras de pata, jamás
excusadas por quienes las metieron. La arrogancia es una plaga muy
extendida en estamentos profesionales que son presuntos puntales de
nuestra sociedad. Ningún lumbrera entona un mea culpa porque la
culpa siempre ha sido de otros. Nadie llama a las cosas por su nombre
y solo se habla para confundir más al personal. La historia enseña
que en situaciones de virulenta escasez y adversidad se actúa casi
siempre por impulso, a golpe de corazón, y esa no es la receta
adecuada. La racionalidad debe tomar el mando cuando el desmadre es
desmesurado, pero el miedo que transmite ese desmadre anula toda
racionalidad. Es triste pero es así, o ha sido así en el tiempo.
Deberíamos confiar en un cambio radical pero el ser humano nunca se
ha distinguido por cambiar sus costumbres de manera inmediata. Así
que Dios (el que sea) nos asista ya que sus hijos no pueden.
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