El viajero vocacional es una persona
con inquietudes intelectuales, no menores que el pintor o el
novelista, puede que tal vez mayores, pero no en todos los casos, por
supuesto, aunque sí en aquellos de mayor vocación. De hecho, no es
inusual que el viajero vocacional sea también escritor o fotógrafo
(pero no ebanista). Viajar con la mente abierta y el espíritu
permeable es viajar hacia el conocimiento. Viajar sin otra meta que
llegar a alguna parte, dispuestos a reconocer que la gente siempre es
gente aún sin teléfono móvil, que un amigo es un amigo a pesar del
color de su piel o el corsé de su religión, que en todas partes se
sufre y se es feliz aun en condiciones muy adversas, viajar así es
un síntoma de avidez de conocimiento y sobre todo de tolerancia a lo
diverso, y eso pone al descubierto nuestra vertiente más humana,
más compasiva. Porque para tolerar las costumbres a veces bárbaras
y las intolerancias que existen por doquier hay que tener además
compasión. El auténtico viajero es un ser creativo y ávido de
conocimiento, pero sobre todo compasivo. Y la compasión es lo más
humano que llevamos dentro.
Parece que el mundo presenta indicios de cambio, lo que siempre es una buena noticia a la vista del rumbo que lleva desde que los humanos lo dirigen –con alarmante férrea mano y escaso juicio desde la revolución industrial del siglo XVIII, para poner coordenadas y centrar nuestro momento histórico-. Las elecciones primarias que se celebran en los Estados Unidos son fiel reflejo de dicho cambio. ¿Una mujer y un negro con opciones de alcanzar la presidencia? Atónito estoy, no doy crédito, alobado, vamos. Aunque parece que el voto latino pesa más que en otras ocasiones, no creo que sea razón suficiente para explicar este hecho. Algo visceral está sufriendo una transformación en el seno de la sociedad norteamericana, que es decir la civilización occidental. Y ese algo a lo mejor no será conocido hasta que el tiempo y los exegetas de la historia pongan los puntos sobre las íes del actual panorama sociológico; y a lo mejor eso puede demorarse decenios, tal vez siglos. De momento no puedo d
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