Ir al contenido principal

Vodka


Uno, un día, va y piensa “¿por qué no me miran mis vecinos?”, tal vez por pensar algo. Otro día, por pensar algo o por lo que sea, piensa “¿por qué no me miran mis compañeros en el trabajo?”. Ahí uno ya empieza a mosquearse porque una vez que uno ha empezado a pensar ya no hay quien lo pare, y piensa, por ejemplo “¿por qué no me ha mirado el aparcacoches?” y mira que le hecho hincapié en la rozadura del parachoques en el Mercedes, pero él, ni caso. Como si no existiera. Y ejemplos así los tengo a porrillo, me miran pero no me ven, o al revés: mi mujer, mi madre, mis hijos, mis amantes (aunque esté mal decirlo), mi abogado, mis socios rusos a los que defraudé pero sin mala intención, el juez, mi compañero de celda -ruso, por casualidad-. Nadie en definitiva parece verme y ni siquiera mirarme. Solo tras mi entierro hubo una mirada significativa, reveladora, que me reconfortó. Pero no fue de ninguno de los anteriormente mencionados. Y ahora me pregunto por qué demonios nunca me ha gustado el vodka. Porque un fantasma bien educado debe saber decir que sí aunque no le guste el vodka, ¿no creen?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Política extraña

Parece que el mundo presenta indicios de cambio, lo que siempre es una buena noticia a la vista del rumbo que lleva desde que los humanos lo dirigen –con alarmante férrea mano y escaso juicio desde la revolución industrial del siglo XVIII, para poner coordenadas y centrar nuestro momento histórico-. Las elecciones primarias que se celebran en los Estados Unidos son fiel reflejo de dicho cambio. ¿Una mujer y un negro con opciones de alcanzar la presidencia? Atónito estoy, no doy crédito, alobado, vamos. Aunque parece que el voto latino pesa más que en otras ocasiones, no creo que sea razón suficiente para explicar este hecho. Algo visceral está sufriendo una transformación en el seno de la sociedad norteamericana, que es decir la civilización occidental. Y ese algo a lo mejor no será conocido hasta que el tiempo y los exegetas de la historia pongan los puntos sobre las íes del actual panorama sociológico; y a lo mejor eso puede demorarse decenios, tal vez siglos. De momento no puedo d

Opinar

A veces opino de cualquier cosa en este blog pero como un ejercicio de reflexión, más o menos liviano o sesudo en función de la hora y del ánimo. Por eso quiero dejar claro que cualquier parecer, juicio o afirmación mías acerca del asunto que sea son fácilmente revisables con las indicaciones adecuadas y, llegado el caso, hasta desmentidas sin el menor pudor por mi parte. La naturaleza de las personas inteligentes debe poseer una faceta de rectificación que los honra intelectual y moralmente. Por desgracia, ese no es mi caso. Soy un veleta y en el fondo muy pocas cosas me atraen lo suficiente como para tomar posición respecto a ellas. Si cambio de opinión respecto a un asunto, por vital que pueda ser o parecer se debe llanamente a que la opinión previa carecía de convicción al ser enunciada; peor todavía, más de una vez me he pronunciado para que quien me leyese pensara que yo tenía algún tipo de opinión sobre algo. Cuando la verdad desnuda es que no tengo claro casi nada, y casi nad

Anécdota sobre Dalí

Refiere Fernando Arrabal una anécdota sobre Dalí que tal vez arroje alguna luz sobre la compleja personalidad del pintor. Según cuenta el escritor se encontraban ambos en Nueva York y Dalí invitó a Arrabal a una fiesta privada en la que era muy posible que se dieran prácticas orgiásticas.