De nuevo en París, paseo
sin dejarme afectar por el frío y contemplo una ciudad bulliciosa
donde no hay apenas parisinos, emigrantes en estas fechas, y sí
mucho turista inmigrante para contemplar una ciudad que no conocían
y seguirán sin conocer. Es de esperar que el lunes de nochevieja los
visitantes se hayan marchado y los parisinos aún no hayan vuelto,
para así disfrutar como un niño en un parque de atracciones medio
vacío la magia oculta de esta ciudad que, lo mismo que un cementerio
con ilustres tumbas, solo se deja apreciar bajo una luz tenue que
preceda al crepúsculo o alumbrada por una luna desganada y sin gente
alborotadora que rompa su encanto. París es siempre una buena
opción, a no ser que la melancolía te haya apresado, porque un
París demasiado melancólico puede ser excesivo para el corazón.
Parece que el mundo presenta indicios de cambio, lo que siempre es una buena noticia a la vista del rumbo que lleva desde que los humanos lo dirigen –con alarmante férrea mano y escaso juicio desde la revolución industrial del siglo XVIII, para poner coordenadas y centrar nuestro momento histórico-. Las elecciones primarias que se celebran en los Estados Unidos son fiel reflejo de dicho cambio. ¿Una mujer y un negro con opciones de alcanzar la presidencia? Atónito estoy, no doy crédito, alobado, vamos. Aunque parece que el voto latino pesa más que en otras ocasiones, no creo que sea razón suficiente para explicar este hecho. Algo visceral está sufriendo una transformación en el seno de la sociedad norteamericana, que es decir la civilización occidental. Y ese algo a lo mejor no será conocido hasta que el tiempo y los exegetas de la historia pongan los puntos sobre las íes del actual panorama sociológico; y a lo mejor eso puede demorarse decenios, tal vez siglos. De momento no puedo d
Comentarios
"Se inundará la casa con el sol,
y si no hay sol se inundará de gris,
un gris reconfortante, de París,
que es la ciudad que tiene un gris más sol."