Ir al contenido principal

El último hotel


Vas de hotel en hotel buscando un refugio definitivo, una estancia que te haga evocar un hogar, un plácido remanso de paz que mitigue tus dolencias por los siglos de los siglos. Cada hotel te ofrece una promesa más deseada que real. Cada hotel acaba con tus sueños como una amante con prisas y al final hastiada. Búscate una casa propia, desgraciado, donde esconder tus miserias y sin testigos de tu banalidad, una casa que guarde tus secretos y tal vez ilumine tu incierto camino hacia la muerte. Un hotel que sustituya tu vaga idea de una paz otoñal en una casa plena de matices, de recuerdos, de felicidad. Hoteles así solo hay en tus sueños, donde dormido vives tu auténtica realidad, hoteles de paso, hoteles de invierno, hoteles cerrados al mundo real. En París y Roma, El Cairo y Alejandría, en Amsterdam y en Siracusa, donde se quiera buscar, habrá siempre un soñador con cara triste en un hotel que solo admite clientes que no saben adónde van. Porque yo transito la tierra sin destino fijo, sin planes concretos, sin misión alguna, sin finalidad; y aunque finalizo todos mis viajes solo uno de ellos he de culminar con una sonrisa de deber cumplido, y un guiño a la muerte que ella entenderá.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Política extraña

Parece que el mundo presenta indicios de cambio, lo que siempre es una buena noticia a la vista del rumbo que lleva desde que los humanos lo dirigen –con alarmante férrea mano y escaso juicio desde la revolución industrial del siglo XVIII, para poner coordenadas y centrar nuestro momento histórico-. Las elecciones primarias que se celebran en los Estados Unidos son fiel reflejo de dicho cambio. ¿Una mujer y un negro con opciones de alcanzar la presidencia? Atónito estoy, no doy crédito, alobado, vamos. Aunque parece que el voto latino pesa más que en otras ocasiones, no creo que sea razón suficiente para explicar este hecho. Algo visceral está sufriendo una transformación en el seno de la sociedad norteamericana, que es decir la civilización occidental. Y ese algo a lo mejor no será conocido hasta que el tiempo y los exegetas de la historia pongan los puntos sobre las íes del actual panorama sociológico; y a lo mejor eso puede demorarse decenios, tal vez siglos. De momento no puedo d

Opinar

A veces opino de cualquier cosa en este blog pero como un ejercicio de reflexión, más o menos liviano o sesudo en función de la hora y del ánimo. Por eso quiero dejar claro que cualquier parecer, juicio o afirmación mías acerca del asunto que sea son fácilmente revisables con las indicaciones adecuadas y, llegado el caso, hasta desmentidas sin el menor pudor por mi parte. La naturaleza de las personas inteligentes debe poseer una faceta de rectificación que los honra intelectual y moralmente. Por desgracia, ese no es mi caso. Soy un veleta y en el fondo muy pocas cosas me atraen lo suficiente como para tomar posición respecto a ellas. Si cambio de opinión respecto a un asunto, por vital que pueda ser o parecer se debe llanamente a que la opinión previa carecía de convicción al ser enunciada; peor todavía, más de una vez me he pronunciado para que quien me leyese pensara que yo tenía algún tipo de opinión sobre algo. Cuando la verdad desnuda es que no tengo claro casi nada, y casi nad

Anécdota sobre Dalí

Refiere Fernando Arrabal una anécdota sobre Dalí que tal vez arroje alguna luz sobre la compleja personalidad del pintor. Según cuenta el escritor se encontraban ambos en Nueva York y Dalí invitó a Arrabal a una fiesta privada en la que era muy posible que se dieran prácticas orgiásticas.