Hay gente que por tal de caer bien acaba cayendo muy mal, y muy bajo. Tal vez no fuera su propósito inicial, pero al tiempo que un servilismo egoísta han ganado en el proceso bienintencionado unos valores vicarios que ocupan los que no les inculcaron sus mayores, tal vez por dejadez, tal vez por falta de receptividad de esta gente. Es complicado sacar conclusiones sobre comportamientos que afectan al conjunto de la sociedad, porque las variables son inabarcables y por tanto la posibilidad de análisis escasa, mayormente por el simple hecho de que la imprevisibilidad suele ser un ingrediente principal en el comportamiento de cualquier grupo humano. Pero, obviando lo científico, hay para quien sepa verlas imprevisilidades bastante predecibles, como el hecho singular pero no sorprendente de que George Bush jr. diera un pequeño golpe de estado accediendo a su segundo mandato con una maniobra claramente antidemocrática en el país que abandera la democracia. No buscó caer bien Bush, sino todos los norteamericanos que permitieron tal dislate por miedo, por cobardía colectiva, consintiendo semejante tropelía y adoptando luego la postura del avestruz. No difiere en la esencia esta actuación colectiva del pueblo norteamericano con la que tuvo el pueblo alemán con los nazis, por ejemplo, o la de tantos que tanto han consentido para salvaguardar sus pellejos 'cayendo bien', no dando qué hablar, procurando una invisibilidad social o, más activamente, alagando al poderoso mediante la traición al vecino. Es triste saber -aunque nunca se sabe por adelantado- que tu prójimo será tu verdugo algún día, pero así está escrita la historia de los pueblos, y los que han sobrevivido, mal que bien, no terminan de tomar nota. Por eso la historia siempre se repite para mal.
Parece que el mundo presenta indicios de cambio, lo que siempre es una buena noticia a la vista del rumbo que lleva desde que los humanos lo dirigen –con alarmante férrea mano y escaso juicio desde la revolución industrial del siglo XVIII, para poner coordenadas y centrar nuestro momento histórico-. Las elecciones primarias que se celebran en los Estados Unidos son fiel reflejo de dicho cambio. ¿Una mujer y un negro con opciones de alcanzar la presidencia? Atónito estoy, no doy crédito, alobado, vamos. Aunque parece que el voto latino pesa más que en otras ocasiones, no creo que sea razón suficiente para explicar este hecho. Algo visceral está sufriendo una transformación en el seno de la sociedad norteamericana, que es decir la civilización occidental. Y ese algo a lo mejor no será conocido hasta que el tiempo y los exegetas de la historia pongan los puntos sobre las íes del actual panorama sociológico; y a lo mejor eso puede demorarse decenios, tal vez siglos. De momento no puedo d
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Un abrazo