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Word y Cia


No sé si reírme o llorar, pero tengo un atasco en mis labores porque no sé cómo coño cambiar el formato de un texto y hacerlo más ancho. Nunca he querido someterme a la tiranía de los ordenadores -ni de ninguna otra máquina-, pero confieso que estoy, aunque no lo quiera, sometido. No se trata de una rabieta de niño perezoso o inepto sino de la constatación tremenda de que lo que hasta ayer tomaba por simple desgana de adentrarme en un mundo en teoría prescindible se ha revelado como la evidencia de que esa apatía hacia lo cibernético camuflaba una inseguridad ante la magnitud incierta de lo desconocido y una carencia de voluntad en mensurarlo. Tengo ante mí un texto de cierta anchura y quiero ajustarlo a las dimensiones de una nueva hoja virtual más grande, y no sé cómo hacerlo. Lo risible o lamentable es que a causa de mi impericia o ignorancia llevo empantanado casi un día -lo juro por Snoopy-. ¿Es justo, oh dioses, este castigo por mi desplante al ‘Progreso’? Reclamo hunildemente una columna de al menos treinta metros en mitad de un extenso desierto en la que, como Simeón ‘el Estilita’ pueda colgar mis muchas y vergonzosas carencias sin someterme al tormento de las risas de los filisteos.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Iristemente he comprobado que la máquina siempre termina riendose de nosotros. Pero no me atormenta. Un corte de manga y hasta la próxima, que seguro la habrá.
pepa mas gisbert ha dicho que…
A mi me ocurre al revés, me gusta la informática y retocar cosas en el blog, pero me gusta tanto que a veces pongo tantas cosas que dificulto la entrada a los que solo viene a leer. En todo caso, si necesitas ayuda, puedo intentar ayudarte.
Un abrazo

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