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Valentía

No creo que haya nadie más valiente que un torero. No un torero de laboratorio, como los hijos de, en otra época, famoso toreros, que ha tenido desbrozado el camino hasta las grandes plazas y que luego han aprovechado o no, en función de su arte y de su suerte, suerte que tanto decide, en la plaza y fuera.

Pero incluso los 'hijos de' se la juegan, llega un momento en que tienen que decidir si mandan ellos, y se ven las consecuencias. Pero cuando un jovencito de apenas diecisite se pone delante de un astado en una plaza grande, ese tío es un valiente.

La controversia ahora vigente de si debe seguir o no la fiesta de los toros, es indiferente. Los que han podido demostrar han demostrado, y los que no, no. Como en todo. Y que venga ahora un marino poniendo puntos sobre las íes. Con perdón.

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