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Momentos

 El viajero es un ansioso: ansias de partir, de viajar, de llegar, de partir de nuevo, ansias siempre insatisfechas a la larga que se colman indescriptíblemente cuando menos se espera, al pie de un collado imposible, sobre un cañón inadvertido, en un atardecer glorioso, ante la estremecedora o sabia mirada de una muchacha inaccesible.

El viaje es lo que importa, siempre lo han dicho viajeros empedernidos, y cada viaje me lo confirma. Un recuerdo: bar de carretera cerca de Taba, paramos a fumar una shisha tras un periplo vertiginoso desde Jordania a Egipto, un proyector da vida a una pared con una película o capítulo de alguna serie local, algo raro en España, pero en mi descanso fumo la shisha y encuentro que todo es como debe ser, estoy casi en casa, o casi mejor que en casa. Me siento viajero, no turista, me fundo con el embrujo de un cine a la luz de las estrellas, soy feliz.

A veces sobran las palabras, o son insuficientes, sólo cabe vivir el momento.

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