Ya es mi santo, así que me felicito. Acabo de ver en la tele “Indiana Jones y la última cruzada” y, consultando datos, resulta que Harrison Ford era menor que yo cuando protagonizó la película. Se es sin duda en el tiempo, se es 'siendo' y las abstracciones, los conceptos, las ideas son fotogramas que no dicen de la verdadera existencia más de lo que las fotos o las filmaciones tomadas en momentos concretos puedan decir de las personas en ellas congeladas. La vida es un devenir imparable, un decurso que como un río solo se concibe en su movimiento. Ya dijo Nietzsche que Platón, siendo como fue un lumbrera, cometió la estupidez de idealizar (abstraer del tiempo) lo esencial del ser humano, condenando equivocadamente al Ser a una reclusión del intelecto que lo deshumaniza por inhumano. Me he ido un poco por las ramas, pero tengo una excusa. La primera vez que vi la película de Spielberg yo tenía veintitantos y Harrison Ford era un señor mayor. Hoy, al verla de nuevo y con el convencimiento de que la vez anterior fue ayer mismo, entiendo por primera vez (soy algo lento) la inevitable caducidad y escasez del tiempo que nos toca vivir. Y me pregunto si no será Sean Connery un asociado del Diablo, ya que es el único que sigue igual de viejo veinte años después. Un viejo que no envejece. Y vergonzosamente me consuelo con el pensamiento de que sigo siendo menor que Harrison Ford. Lo importante, sin duda, es seguir siendo...
Parece que el mundo presenta indicios de cambio, lo que siempre es una buena noticia a la vista del rumbo que lleva desde que los humanos lo dirigen –con alarmante férrea mano y escaso juicio desde la revolución industrial del siglo XVIII, para poner coordenadas y centrar nuestro momento histórico-. Las elecciones primarias que se celebran en los Estados Unidos son fiel reflejo de dicho cambio. ¿Una mujer y un negro con opciones de alcanzar la presidencia? Atónito estoy, no doy crédito, alobado, vamos. Aunque parece que el voto latino pesa más que en otras ocasiones, no creo que sea razón suficiente para explicar este hecho. Algo visceral está sufriendo una transformación en el seno de la sociedad norteamericana, que es decir la civilización occidental. Y ese algo a lo mejor no será conocido hasta que el tiempo y los exegetas de la historia pongan los puntos sobre las íes del actual panorama sociológico; y a lo mejor eso puede demorarse decenios, tal vez siglos. De momento no puedo d
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Un fuerte abrazo.
Un abrazo.