Bvalltu no quiere salir porque hace mucho frío. Me pregunto si un extraterrestre es sensible a la temperie del mismo modo que los humanos; se lo pregunto; me responde que se le están congelando los huevos. Concluyo que la grosería es un mal cósmico. Dejamos la metafísica para hablar de fútbol. Mourinho es un capullo, Guardiola metrosexual, al Málaga no hay quien lo enderece, ni siquiera la sagrada palabra del Corán. ¿Hay un remedio para todos los males o más bien cada mal tiene su propio remedio? O sólo algunos males tienen remedio, o nada lo tiene. Bvalltu apuesta por esta última opción, pero su opinión es irrelevante porque su mundo no es de este reino. ¿Qué vio Ava Gardner en el padre de Miguelito Bosé? ¿Por qué están desapareciendo las 'mujeres fatales'? Si alguna fatalidad ha de lapidar mi vida, la quisiera de una mujer, con un cierto parecido a la Gardner, o la Hayworth, o a la Garbo, y no a una de esas insulsas hipersiliconadas que, a falta de talento, lucen liftings más o menos resultones. Parece que el mundo árabe quiere transformarse en un mundo mediocre como el nuestro; que Alá los asista. Y yo sigo, mal que le pese a Bvalltu, dale que dale con mi pregunta: “¿De qué coño se ríe Zapatero?”
Transcribo el prólogo de la autobiografía del filósofo Bertrand Russell escrito por él mismo: PARA QUÉ HE VIVIDO
Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación. He buscado el amor, primero, porque conduce al éxtasis, un éxtasis tan grande, que a menudo hubiera sacrificado el resto de mi existencia por unas horas de este gozo. Lo he buscado, en segundo lugar, porque alivia la soledad,esa terrible soledad en que una conciencia trémula se asoma al borde del mundo para otear el frío e insondable abismo sin vida. Lo he buscado, finalmente, porque en la unión del amor he visto, en una miniatura místicala visión anticipada del cielo que han que han imaginado santos y poetas. Esto era lo que buscaba, y, aunque pudiera parecer demasiado bueno para esta vida humana, esto es lo que -al fin...
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